El divorcio representa un cambio fundamental y a menudo traumático en el mundo de un niño y desde su perspectiva, la pérdida de una familia.
Al contarles sobre el divorcio muchos niños se sienten tristes, enojados y ansiosos, y les cuesta comprender la manera en que esta nueva situación les cambiará sus vidas.
Sin embargo, la edad en la que el niño se encuentra cuando los padres se divorcian, afecta de forma diferente la manera en que entiende y responde a la nueva estructura familiar.
Este artículo describe la percepción que tienen los niños sobre el divorcio de acuerdo a su edad y cómo puede ayudarles en su transición por este difícil momento.
Tabla de contenido
Nacimiento a 18 meses
Aunque los bebés pueden percibir la tensión entre sus padres, no pueden entender el razonamiento detrás del conflicto.
Si la tensión continúa, los bebés se vuelven irritables especialmente con personas nuevas, y frecuentemente tienen arrebatos emocionales. También tienden a mostrar signos de retraso en su desarrollo.
Cómo facilitar la transición
Para sentirse cómodos con su entorno y tener un sentido de consistencia y familiaridad, los niños de esta edad requieren de rutinas.
Por lo tanto, durante y después del divorcio deben mantenerse las rutinas diarias normales, especialmente aquellas relacionadas al sueño y las comidas.
No deje de proporcionarle acceso a sus juguetes favoritos, y pase más tiempo abrazándolo y ofreciéndole contacto físico.
18 meses a 3 años
Durante los primeros años de la infancia el vínculo principal de un niño son sus padres.
Así que, cuando existe una interrupción importante en su vida familiar, será más difícil para el niño o la niña comprender y aceptar la situación.
Además, los niños de esta edad son egocéntricos y por lo general se sienten culpables por la ruptura de sus padres.
Es posible que lloren y deseen más atención de lo habitual, retrocedan y vuelvan a chuparse el dedo, se resistan a aprender a ir al baño, sientan temor de ser abandonados o tengan problemas para dormir o dormir solos por la noche.
Cómo facilitar la transición
Si es posible, lo mejor es que sus padres trabajen en equipo para desarrollar rutinas normales y predecibles que sean fáciles de seguir.
También es importante compartir tiempo de calidad y ofrecerle atención adicional.
Pedirles a familiares y amigos de confianza que hagan lo mismo también ayudara. Hable con su hijo acerca de sus sentimientos (si tiene la edad suficiente para hablar), y asegúrele que no es responsable de la ruptura.
3 a 6 años
Los niños en edad preescolar no entienden completamente la noción de divorcio y sin importar lo tenso que sea el ambiente en el hogar, no desean que sus padres se separen.
De hecho, el divorcio es un concepto particularmente difícil de comprender para estos pequeños «fanáticos del control» porque sienten que no tienen poder para controlar el resultado.
Al igual que los niños más pequeños, los niños en edad preescolar creen que en última instancia son los responsables de la separación de sus padres.
Pueden experimentar sentimientos inciertos sobre el futuro, acumular su ira, tener pensamientos o ideas desagradables o estar plagados de pesadillas.
Cómo facilitar la transición
Si es posible, los padres deben tratar de manejar el divorcio de manera abierta y positiva, porque un niño de esta edad refleja el estado de ánimo y las actitudes de sus padres.
Los niños en edad preescolar necesitan a alguien con quien hablar para expresar sus sentimientos, así que es buena idea hablar son ellos acerca de lo que sienten.
Generalmente responden bien a libros apropiados para su edad sobre el tema.
Los niños de esta edad también necesitan sentirse seguros y saber que seguirán viendo a sus padres con quienes no viven habitualmente. Establezca un horario regular de visitas y asegúrese de que se cumpla constantemente.
6 a 11 años
Si los niños en edad escolar han crecido en un ambiente acogedor, será natural que tengan miedo de ser abandonados durante un divorcio.
Los niños más pequeños, por ejemplo, de 5 a 8 años, no entenderán el concepto de divorcio y pueden sentir que sus padres se están divorciando “de ellos”.
Se preocupan por perder a su padre (si viven con su madre) y fantasear con que sus padres volverán a estar juntos. De hecho, a menudo creen que pueden «rescatar» el matrimonio de sus padres.
Los niños de 8 a 11 años pueden culpar a uno de sus padres por la separación y alinearse con el padre que considera «bueno» e ir contra el «malo».
Pueden acusar a sus padres de ser malvados o egoístas y expresar su enojo de varias maneras:
- Los niños pelean con sus compañeros de clase o arremeten contra el mundo
- Las niñas se sienten ansiosas, retraídas o deprimidas.
- Los niños de ambos sexos pueden experimentar malestar estomacal o dolor de cabeza debido al estrés, o inventan síntomas para quedarse en casa y no ir a la escuela.
Cómo facilitar la transición
Si los padres no logran construir una sensación de seguridad y autoestima en sus hijos de edad escolar, es posible que durante el divorcio tengan sentimientos extremos de pérdida y rechazo.
Comiencen haciendo que cada uno pase tiempo de calidad con el niño, instándole a que exprese sus sentimientos.
Asegúrenle que ninguno de los padres le abandonará, y reitere que el divorcio no es su culpa.
Del mismo modo, los padres deben explicarle que el divorcio fue una decisión de ambos y evitar culparse mutuamente por la separación.
También es importante mantener un horario regular de visitas, porque los niños prosperan en la previsibilidad, y especialmente en tiempos de tensión y agitación.
Finalmente, dado que la escuela, las amistades y las actividades extracurriculares son cada vez más importantes para los niños de esta edad, anime a su hijo a participar en los eventos y pasatiempos que más disfruta.
Ayúdelo también a reavivar su autoestima y anímelo a integrarse con su entorno en lugar de aislarse.
Fuentes
Age-by-Age Guide to What Children Understand About Divorce. Parents. https://www.parents.com/parenting/divorce/coping/age-by-age-guide-to-what-children-understand-about-divorce/. Accessed October 22, 2018.